Profesional de apoyo emocional y físico que brinda ayuda a las familias después del parto con la crianza y conciliación familiar, pues, el término «doula» proviene del griego y significa «mujer que sirve».

Las responsabilidades de una doula pueden incluir:

• Apoyo emocional: Brindar consuelo, aliento y apoyo emocional a la familia. Por ejemplo: creación de un ambiente tranquilo y de apoyo, así como la facilitación de la comunicación entre la familia y otros profesionales, etc. Proporciona un apoyo continuo y comprensivo, ayudando a las familias a gestionar sus emociones durante la crianza. Su presencia tranquilizadora puede reducir la ansiedad y el estrés.
• Apoyo físico: Ofrecer apoyo en la conciliación con alimentación, higiene, recogida del cole, ir al parque, a extraescolares, etc. del niño.
• Información: Proporcionar información sobre la crianza, la educación, la identidad como familia, etc. Ayudar a la familia a comprender las opciones disponibles y a abogar por sus preferencias.
• Defensa de los deseos de la familia: Abogar por los deseos y preferencias de la familia en la medida de lo posible, asegurándose de que se respeten sus decisiones y que tenga el control sobre su experiencia de crianza.
• Fomento de la comunicación: Facilitar la comunicación entre la madre, su pareja, familia extensa, etc. Asegurándose de que se comprendan las preferencias sobre la crianza y ayudando a crear un entorno respetuoso y colaborativo.
• Promoción del vínculo madre-hijo/madre-hijo: Ayuda en establecer y fortalecer el vínculo emocional entre la madre y el bebé, promoviendo el contacto y tiempo de calidad entre ambos.
• Mejora del bienestar postparto: Brindar apoyo práctico y emocional, ayudando a las madres a adaptarse a los desafíos de la nueva maternidad.
• Apoyo a la pareja: Ayudándoles a participar activamente en el proceso de crianza, proporcionando orientación y recursos para el cuidado del bebé y la mamá.